Sunday, March 27, 2011

No bastarán dos palabras

No bastarán dos palabras. No podré decírtelo simplemente así. Cualesquiera que sea aquella que suceda al “te” inevitable en ese instante, no bastará para expresar la inconmesurable sed que tengo de ti.

No bastarán los días ni las noches para encontrar la forma exacta de decirte eso que tanto quiero decirte. No bastará para decirte lo mucho que deseo conocerte y estar contigo; compartir aunque sea unos minutos de tu tiempo, que en aquel instante en el que se intersecta con el mío, me hace sentir que la divinidad llegó a mi vida en el primer instante en el que te vi pasar vestida de amarillo.

No bastarán dos palabras, como cuando se necesita algo más que toda el agua del mar para detener la lava de un volcán que brota decidido repentinamente de lo profundo de la tierra. Ni bastará la paz de todos los anocheceres del universo para igualar aquella que siento cuando recuerdo aquel día en el que me confesaste tu nombre con la inefable dulzura de tu voz.

No bastará el brillo de aquel cielo desbordante de estrellas que tanto recuerdo para compararse con aquel que irradia tu aparición en mi presente.

No bastarán las sonrisas de todos los niños del mundo para ser tan hermosas como el esbozo de una tuya.

Nunca podrá bastar la suavidad de todas las notas musicales del mundo ni el aroma de todas las mañanas de primavera para ser más placenteras y hermosas que la sensación del roce de tus cabellos en mi rostro.

No bastará el frío del invierno más crudo para entibiar mi alma en ese momento, cada vez más recurrente en el que pienso en ti.

No bastará la magnitud del amor de una madre, ni la del hambre del famélico para acercarse a la décima parte de mi deseo de colocarte un beso en la mejilla con todo el cuidado y la ternura del mundo.

Sin embargo, bastan dos palabras para sacudir mi mundo con la fuerza de un tsunami. Bastan dos palabras para hacerme sentir una emoción extrema e indescriptible al esperar que camines por ese pasillo. Bastan dos palabras para descifrar la hermosura de lo hermoso, la belleza de lo bello y la dulzura de lo dulce. Bastan dos palabras para sentir que eres lo que esperaba mi esperanza. Bastan dos palabras para saber que quiero repetirlas y sonreír mientras las digo por el resto de mi vida